Es una comunidad agrícola de 122.600 hectáreas dividida en 22 sectores, ubicada entre las comunas de La Serena y La Higuera, a unos 50 kilómetros de la ciudad de La Serena si se toma la ruta 41 internándose por Marquesa y a 27 kilómetros si se conduce por el sector El Romero, al interior de Las Compañías. Según Erazo y Garay-Flühmann (2011), es una de las comunidades agrícolas más grandes de Chile y una de las más septentrionales. Se localiza en la montaña media, zona geográfica caracterizada por extensas serranías y escasas precipitaciones, con prolongadas sequías que impiden la formación de cursos permanentes de agua, es decir, ocupa los espacios conocidos como tierras de secano.
A pesar de su enorme superficie la población es escasa, fluctuante en el tiempo y muy dispersa en su distribución geográfica. Muchos comuneros viven y trabajan en zonas urbanas evidenciando una fuerte emigración, proceso que se aceleró con el cierre del ferrocarril longitudinal a fines de 1970 y el impulso de la escolarización secundaria, que provocó el éxodo de jóvenes hacia Vicuña y La Serena (Erazo y Garay-Flühmann, 2011).
La primera documentación histórica aparece en 1695, cuando el teniente Santiago Flores solicitó al rey de España un título sobre el sector llamado en voz quechua como Mancamarcuna. Desde ese año, la primigenia estancia de 1000 cuadras de superficie (unas 1.572 hectáreas) irá definiendo sus límites hasta convertirse hoy en una comunidad agrícola (Castillo, 1992). Como tal, el surgimiento de este tipo de propiedad es similar a todas las comunidades agrícolas del norte chileno, es decir, sus causas hay que buscarlas en factores tales como la fragmentación de la propiedad por herencia o venta, el surgimiento de asientos y placillas mineras, el reagrupamiento indígena durante la Colonia con la creación de pueblos y reducciones indígenas y, finalmente, la incorporación del modelo comunitario peninsular español. En el caso de la Olla de Caldera, hay que añadir también como factor la tendencia a aumentar la superficie útil en un territorio semiárido, generando formas más eficientes de manejo, coherentes con la escasa disponibilidad de recursos hídricos y pastizales. La propiedad comunitaria en su interior se presenta en cuatro categorías: campo común, goce singular/posesión, posturas y poblados (Erazo y Garay-Flühmann, 2011), organizados bajo una Asamblea General de Socios que elige su presidente cada tres años.
En 2005, la población de la Comunidad Olla de Caldera era de 230 habitantes (distribuidos en un 58% de hombres y un 42% de mujeres) y se concentraba en un 67% en 4 poblados: Almirante Latorre, La Laja, Agua Grande y Condoriaco (INE, 2005), dedicados principalmente a la ganadería caprina trashumante, extensiva y practicada en ciclos de invernadas y veranadas; producción de quesos; elaboración de carbón vegetal y minería de pirquén.
La modernidad ha venido a cuestionar prácticas como la trashumancia, la itinerancia social y el manejo ganadero extensivo, estrategias tradicionales que han permitido la vida pastoril por siglos en la Olla de Caldera (Castillo, 2003), forjando una identidad definida y reconocida por la comunidad regional (CNCA, 2012).